viernes, 6 de abril de 2012

Conversaciones con: Adriano Peirone (Facultad Libre)

Por Nicolás Ferrera


A continuación presentamos un diálogo que hemos tenido con Adriano Peirone, integrante de la Facultad Libre, donde nos interioriza en las características del proyecto, como así también en otras discusiones coyunturales de la política, el conocimiento, la educación, los medios de comunicación, la teoría crítica, entre otros temas. Sin más para agregar, reproducimos el diálogo con Adriano Peirone.


Nicolás Ferrera: Contanos sobre la historia de la Facultad Libre y que es lo que motiva e influencia su aparición.

Adriano Peirone: La Facultad Libre surge en Venado Tuerto a fines de la década de los ´80, en la biblioteca popular Fiorentino Ameghino de aquella ciudad, institución que a su vez fue fundada por activistas anarquistas y socialistas, entre las décadas del ´20 y el ´30, con una orientación claramente popular a la hora de ir pensando intervenciones en la cultura y en la educación que vinculen la construcción de espacios intelectuales con los saberes obreros. Esta base obrera era central, pues justamente era la gente de extracción popular-obrera la que, no teniendo la posibilidad de ir a estudiar, -por la dificultad de sostener estudios en otra ciudad y ante la falta de una Universidad en Venado Tuerto-, termina por recurrir a las ideas como una herramienta, con la intención de vincular un lugar de intercambio de conocimiento con experiencias de gente que no tenía la capacidad económica y material de desarrollarse en modalidades de estudio tradicional. Entonces, se pensó algo muy disrruptivo para la época, un espacio pedagógico y cultural vinculado a experiencias distintas, con el desafío de pensar cómo hacer para que venga gente de diferentes sectores de la sociedad. De esa manera se generó a la par de la Facultad Libre un equipo de fútbol que se llamaba “La Biblio”, que competía en la Liga de Venado y llego a disputar importantes instancias regionales como el Argentino B o a jugar un preliminar de la selección Argentina en la cancha de Newell´s, que tuvo mucho ruido, haciendo que se vaya arrimando cada vez más gente al proyecto. El fenómeno va afianzándose gracias a la gran conjunción de intelectuales y artistas como David Viñas, León Rozitchner, Osvlado Soriano, Eduardo Galeano o Mario Benedetti con la Mona Gimenez, Luis Felipe “Yuyo” Noé y gente del campo popular que tenía una relación muy loca con este proyecto porque quería ver de qué se trataba.

N.F: Irrumpe así como un acercamiento de distintos sectores, creando un nuevo conocimiento o tratando de llegar a un pensamiento. ¿Ese es más o menos el objetivo que trataron de darle desde un principio?

A.P: Desde un principio la idea era un cuestionamiento a las estructuras tradicionales de espacios culturales y educativos, a aquella idea de que la cultura y la educación eran una parte de un sistema que se reproducía a sí mismo; entonces se trataba de romper con eso y la idea era generar un espacio donde se arribe a un intercambio de conocimiento -reconociendo que conocimientos tenemos todos y que no necesariamente hay alguien que tiene que iluminar a otro, el concepto de alumno (falto de luz) viene del iluminismo-. Esa relación lineal se trata de romper generando un lugar donde se plantea que todos pueden tener conocimientos, concibiéndolo más como un intercambio fluido donde todos pueden dejar algo y llevarse algo que una relación estanca y objetivamente centrada. Tiempo después, el proyecto tuvo su resonancia, hasta fue cubierto por la BBC, por distintas embajadas en Argentina, viendo de qué se trataba la experiencia; el proyecto tuvo toda su pompa, y ya hacia mediados de los noventas -en pleno menemismo- el proyecto decae. En el año 2006, la Municipalidad de Rosario conoce a varios de los que iniciaron la experiencia en Venado y les sugiere que piensen algo para la ciudad; entonces lo que se hace es presentar un proyecto académico y otro administrativo, y se lleva adelante a partir del 2006. En el año 2008 ya fuimos integrándonos algunos de los jóvenes que estamos actualmente coordinando el proyecto, tratando de sumarle un cuestionamiento mayor, claro que en relación a los contenidos a trabajar pero también en cuanto a la forma del dictado -algo sobre lo que tenemos aún mucho por trabajar-.

N.F: Profundicemos sobre el tema de los contenidos. ¿Cómo viene este año lectivo?

A.P: Básicamente pensamos que el proyecto se plantea a grandes rasgos, dos líneas de trabajo: una tiene que ver con una ruptura con la especialización de la ciencia moderna, es decir, con esa idea de mayor conocimiento sobre algo menor. Entonces, en ese sentido, la Facultad Libre ha dado grandes pasos porque se han presentado ejes temáticos a trabajar como así también seminarios a desarrollar más parecidos a una orientación más universalista o renacentista, como el dictado de materias-seminarios tan disímiles como “El Arte de Amar”, “Imágen y política”, “El Banquete: Vino y filosofía” o bien “Bárbaros y literatura” -la que este año estará dictando Josefina Ludmer-; en fin, cruces de distintos campos que no eran necesariamente una especialización sobre algo menor, sino tratar de volver a cierta vinculación más filosófica entre distintos campos. Pero, la otra línea que se plantea el proyecto tiene que ver con la forma de dictado, con el dispositivo pedagógico, osea, con la idea de cómo se “transmite” el conocimiento; y en ese sentido, si las redes sociales y las nuevas tecnologías ya han cuestionado la linealidad del sistema emisor-receptor, cuestionando claramente una línea a bajar desde un lugar a otro, creemos que desde el Estado -que es el “gran educador”- lamentablemente todavía no se han asimilado esos cambios, y justamente se hace muy difícil pensar una manera distinta de “traspaso” de conocimiento mucho más parecida a la época. Creemos que hay mucho por trabajar, si bien a nosotros se nos complica mucho también estar pensando romper con la inercia porque tanto al disertante como a los asistentes y organizadores nos resulta “normal” que haya alguien que emita y otro que reciba y nada más; la idea que nos mueve es la de ir avanzando hacia una profundización de modificaciones estructurales a la hora de pensar dispositivos de intercambio de conocimiento.

N.F: Evidentemente es una matriz que todavía sigue rigiendo en los distintos sistemas educativos del país. Pensaba en la cuestión interdisciplinaria ¿también se genera un conocimiento/pensamiento nacional?

A.P: Hay una clara intención de estar cuestionando el presente. A la hora de abordar distintas temáticas siempre estamos hablando del presente. Entonces, en ese espacio al que se arriman un montón de personas que no vienen necesariamente por el hecho de adquirir un título sino por un interés en particular sobre el tema o porque tienen intenciones de debatir y de cotejar sus propias ideas, ahí hay un espacio donde se plantean núcleos de discusión que tienen que ver con lo nacional, con la coyuntura argentina, y con la posibilidad de debatir con pensadores -muchos de ellos que vienen de las grandes ligas argentinas- aún estando algunos de ellos más cercanos al “pensamiento nac and pop”, y varios otros no tanto, nos parece que está bueno tenerlos cerca para poder debatir y hasta cuestionarles, desde construcciones argumentadas, alguna manifetsación pública que hayan tenido, o algo por el estilo. Quiero decir, nuestra intención es presentar un lugar con cada vez más disfrute de la circulación de la palabra.

N.F: Sin dudas, porque en este nuevo paradigma nacional hay dos vertientes, más en el rol intelectual: por un lado tenemos a Horacio Gonzalez, Director de la Biblioteca Nacional, más emparentado directamente con Carta Abierta, y por el otro esta Beatriz Sarlo, crítica del gobierno nacional, desde una postura social-demócrata. ¿Cómo ves ese juego de intelectuales que defienden una bandera política?

A.P: Desde mi apreciación personal, que no necesariamente es la misma que la que tienen todos los que participan en la FL, yo saludo el hecho de una postura pública por parte de los intelectuales en su relación con la política, no porque me parezca que los intelectuales sean una casta separada o algo por el estilo, sino porque hacen un poco más cristalina o diáfana la cuestión. ¿En que sentido?, Horacio Gonzalez es un tipo que siempre ha hecho escuela a la hora de plantear posturas sobre cualquier tema que se este debatiendo; Beatriz Sarlo creo que también; el hecho de que ahora por determinada circunstancia los intelectuales hayan vuelto a estar debatiendo no solo en los claustros por los que con más frecuencia transitan, sino también en los medios de comunicación, creo que ese es un muy buen signo de nuestra época. El intelectual -si es que existe- deja de ser interesante si no tiene una vinculación con la sociedad en la que se inscribe; además, es alguien que conceptualmente puede abrir determinadas discusiones que a la postre terminen también por generar un intercambio con la gente que sea productivo a la hora de pensar políticas públicas, o de trabajo de la crítica en diferentes campos de la sociedad. De todos modos, siempre han tenido sus opiniones políticas y su reconocimiento con algún partido u organización; creo que no aclararlo es una opción válida pero que muchas veces también enturbia determinadas manifestaciones que se defienden a ultranza y que uno no entiende muy bien a qué responden ciertas cegueras que, paradójicamente, son “intelectualmente” inadmisibles.

N.F: Sirve para transparentar un debate y mostrar desde que lado se habla, desde que campo teórico. También, otra cosa que en este último tiempo se ha visto -y más profundizado a través de la ley de medios- es el papel que juegan los medios de comunicación en la creación de una cosmovisión de ideas. Tenemos dos paradigmas que confluyen en esa cuestión: 6-7-8 y TN, como dos grupos antagónicos. Históricamente, en la Argentina ha habido grupos antagónicos, pero en la “era de la comunicación” pareciera que todo se dirime a través de los medios. ¿Cómo lo ven desde la Facu?

A.P: La relación de la FL con los medios siempre fue crítica en el sentido de reconocer la clara vinculación entre el sistema de producción de mercancía con el sistema de producción de información, por así decirlo, que bien podría ser de desinformación -como bien dice (Ignacio) Ramonet. Pero creo que -ahora vuelvo a hablar por mí-, si bien en los últimos tiempos se han planteado dos formas de entender la relación con los medios de comunicación, una más parecida a la de 6-7-8, y otra más tradicional ligada a la linealidad de TN/Clarín, ninguna de las dos posturas termina de convencer de por sí, porque creo que lo que más le suma a 6-7-8 tiene que ver con lo que va tomando de afuera, no en la orientación de “convencer a los convencidos” sino de sumar debates que no se dan en la otra vereda. Si bien hay que contextualizarlo en determinados momentos, porque 6-7-8 vino a establecerse como un espacio de conformación del discurso del Gobierno cuando su voz estaba siendo completamente atacada, -pienso en el conflicto con el campo donde los medios se alinearon todos y era muy difícil saber que es lo que se estaba diciendo desde el gobierno- 6-7-8 (pensando también en la forma de utilización que hizo de las redes sociales) reconozco que ahí hay algo interesante, porque vino a conformar y terminar de articular un discurso ahí donde la gente sospechaba de lo que le mostraban los medios, pero no sabía muy bien cómo argumentar frente a los que se debatía. Fue la cristalización en los medios de algo que pasaba en la sociedad: hubo en esa época varias apariciones interesantes, pienso en un grupo de amigos que desde ese momento se reúnen a debatir textos y cuestiones de coyuntura con el nombre de La 125. En ese sentido, ha sido muy positiva la intervención de este programa, pero después en la cerrazón más política que ha tenido, pierde riqueza, a mi manera de verlo, y creo que es un debate que van a tener que darse: hacía donde se dirige la cosa; si terminan abriendo el juego, va a ser enriquecedor para los televidentes que coinciden políticamente y aquellos que no necesariamente lo hacen pero tienen intenciones de debatir, llevando adelante un cuestionamiento de ciertas posturas, cómo sí lo hace Horacio Gonzalez -que es alguien que es invitado constantemente-, abriendo lo más posible el juego de argumentos y no solo tomándolos de lo expuesto por opositores en medios de comunicación contrarios.

N.F: Retomando los temas educativos, sin dudas lo que ha puesto en quiebre a un paradigma lineal y funcional de la concepción de la educación ha sido la teoría crítica. ¿Cómo ves a la teoría crítica inmersa tratando de oxigenar estos espacios nuevos de educación, ya sea la Facultad Libre o alguna otra experiencia similar?

A.P: La Teoría Crítica es un parteaguas, a la hora de pensar la relación de la educación pero también, para decirlo un poco de modo grandilocuente, el proyecto del progreso de occidente. Es un tema muy complejo, que lo ha tratado magistralmente Eduardo Grüner cuando vino el año pasado a hablar sobre la Escuela de Frankfurt y el arte, planteando la idea justamente de una crítica hacia la construcción del progreso, reconociendo que éste siempre esconde una barbarie que le es inherente; ahí surge una complejidad que no creemos que pueda llegar a solucionarse implementando una “pócima” de ir más allá todavía, con más “Razón”. En ese sentido, creemos que trabajar con determinados instrumentos que no necesariamente respondan a patrones conductistas o de traspaso lineal de un contenido, que apelen a otro tipo de vinculación como las artes, a cuestiones que la sensibilidad escucha de otro modo, nos parece que por ahí hasta se puede trabajar hoy con la tecnología y la técnica del momento, para generar espacios distintos de intercambio y de discusión que no generen productos cerrados hacia una orientación dogmática sino algo mucho más abierto a la permeabilidad de diferentes discursos, opiniones, cosmovisiones (no como algo metafísico, sino claramente tangible). Formas de entender el mundo no hay una sola, entonces en la medida que eso se puede llegar a cristalizar, será mucho más fiel con la teoría crítica en la coyuntura.

N.F: ¿Cómo es la relación con esta especie de “elites” que todavía siguen conviviendo y que mantienen cierta resistencia al cambio? ¿Creés que debe darse una lucha contra las elites o generar algo propio para determinados sectores?

A.P: Creo que en la medida que se generen espacios de discusión, pero con la intención última de aunar esfuerzos, ahí está la clave de un avance de lo común y lo popular. Lugares de poder existieron y van a seguir existiendo, pero las construcciones que se piensen a través de lo común son las que van a terminar consolidando avances significativos, que sean más difíciles de retrotraer. En el proyecto de la Facultad nos gusta investigar sobre distintas propuestas de vanguardia, para seguir pensando en la educación y la cultura, lo que nos hace pensar también, y porque no puede separarse unas de otras, en lo que todo esto tiene de política; la idea de soluciones de vanguardia, si han ganado mucho en el terreno de las ideas, es más difícil de reconocer su perdurabilidad en lo profundo de las sociedades en las que se inscribieron porque muchas veces todo lo que se ha avanzado, lamentablemente se ha podido “soplar” gracias a que no ha tenido un soporte popular o común o, si se quiere en términos de Virno desde la Multitud, que lo resguarde. De esta manera creemos que los avances deben ser a través de una construcción más colectiva, más política, más plural, y a través de la palabra mediada, que posibilite una intersubjetividad que le otorgue un soporte a la hora de tener que resistir embestidas de lugares de poder que quieren conservar sus lugares de privilegios. En la medida que esas construcciones provengan desde lo común, desde lo popular, nos parece que van a ser las que más fruto terminen por darle a una sociedad que está pensando y cuetionándose a sí misma.

N.F: ¿Y cómo se inscribe la Facu Libre en esa interpelación que realiza la sociedad, incluso con la creación de significados culturales?

A.P: El aporte que la Facultad Libre puede traer es humilde, claro está, pero siempre, insisto con la idea, orientado a generar espacios de intercambio y debate: a través de pensar desde la experiencia, generando de a poco nuevas ideas. No creemos que venimos a “cantarle la justa” a nadie, sino a propiciar ideas que molesten un poquito y que, sumada a varias otras, logremos acercarnos lo más posible a los límites de la realidad -si es que, de nuevo, algo así existe-. No venimos a cambiarle el mundo a nadie, ni a hacer iglesia. Es un aporte que por humilde no va a dejar de ser sostenido.

N.F: Eso es bueno, también pensando desde los propios acontecimientos nacionales: venimos de una tradición mitrista, de historia oficial personificada en Sarmiento -que Arturo Jauretche lo explica en el Manual de Zonceras Argentinas- ¿Cómo se hace para plantear y generar, dentro de ese panorama tan conservador, una idea nueva, y que allá sido alojada tan bien en Rosario?

A.P: Aunque parezca raro, esos enclaves están completamente vivos hasta el día de hoy. Hemos recibido, en los últimos 15 días, críticas de gente que ni pensábamos que podían llegar a convertirse en un “policía de la cultura”, pero eso pasa a ser más un incentivo que otra cosa : saber que aún se convive con eso es un desafío para nosotros, como generación que está tomando la posta en un proyecto de sociedad, a la hora de tomar conciencia que tenemos que trabajar para que eso sea barrido, no por una eliminación política en tanto amigo-enemigo schmittiana, sino algo mucho más tangible, tratar de acercar la ciudad y la cultura a lo que la época permite, no quedarse clavado en, paradojicamente, enclaves coloniales que hay por de la cultura española.

N.F: En cuanto a la realidad latinoamericana, ¿cómo la observan desde la F.L.?

A.P: El giro que se ha dado en los últimos años, en los distintos países de Sudamérica, hacia una política mancomunada, vinculada a los intereses de la región, es claramente saludada por el proyecto y de hecho las aspiraciones futuras de la Facu tienen que ver, también, con ir enlazando institucionalmente proyectos que cuestionen desde las ideas el campo de lo político y educativo. Es una proyección a largo plazo, que va a llevar su tiempo. Hay diálogo con gente de Chile, Uruguay, Brasil, pero son construcciones más “lentas”, por así decirlo.

N.F: Y va a haber invitados latinoamericanos

A.P: Hay un par de docentes de afuera; estamos intentando abrir el diálogo con gente del Movimiento Estudiantil chileno para contarles un poco la experiencia pedagógica de la Facultad Libre, para dar una mano. La vinculación entre educación y política no es desconocida para la FL, y hacia ese sentido intentamos avanzar. También hay un trabajo con la Universidad de San Martín -que a nosotros nos está dando un apoyo muy grande-, con una cátedra de Pensamiento Latinoamericano coordinada por Horacio Gonzalez, donde también hay distintos intelectuales de la región que van a ser invitados y tenemos intención de traer ese seminario, o al menos proyectarlo, acá en la ciudad de Rosario.

N.F: Siempre que surge un nuevo paradigma o proyectos que ponen en disputa un saber, existe la noción de colonización pedagógica o de pensamiento. ¿Cuál crees que es el objeto que encarna una colonización sobre el pensamiento y la educación?

A.P: Creo que no es tan claro identificarlo. Creer que el acceso de un determinado libro al mercado va a convencer a alguien es una visión muy poco realista. La complejidad de lo actual hace que sea un entramado muy difícil el de llevar adelante ideas que solamente tengan que ver con el lugar en el que uno se encuentra, porque se encuentra permeado por cuestiones tan diferentes como la hiperconxión, como también por el mercado, que en los medios de comunicación actúa como un lugar de filtro constante. En ese sentido, el gobierno´nacional ha puesto en discusión algunas temáticas, pero a mí en particular siempre me pareció que la salida más interesante ha sido cuando no cerró el juego hacia lo “chauvinista” o en lo centrado en lo patriótico per se, sino hacia discusiones en relación a nuestro país, pero sumando desde otros campos (por supuesto defendiendo las posturas que quiere esgrimir a la hora de cada uno de los debates) tratando de ampliar los límites de esa discusión. De otra manera, se le da letra a otras intervenciones que no tienen ningún interés de enriquecer la coyuntura cultural argentina pero que terminan por cooptar una parte de esa discusión, llevando gente hacia “su molino” por así decirlo, y complicando un debate que se podría plantear mucho más rico.

N.F: Lo hemos visto con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que ponía de manifiesto una quita de intereses a un sector monopólico de la comunicación, que bajaba conceptos hacia la sociedad.

A.P: La complejidad de la ley de medios era ver quién estaba contra su aprobación, que por supuesto estaba el Grupo Clarín -que no solamente es un conglomerado de medios sino que también tenía intereses .materiales y financieros hasta en las AFJP. La relación entre el Estado, las empresas, los medios, es muy complejo, y para tener una claridad de discurso a la hora de generar un debate hace falta permitir el acceso de distintas voces que enriquecen esa disputa, que posibilitan entender un poco más de qué se trata la cosa cuando la realidad es tan cambiante, y plantea discusiones centrales sobre la modificaciones de patrones de distrbución de la riqueza y de la palabra. Lo simbólico es central; ante la posibilidad que ese debate se lleve adelante a través de distintas voces, la ley de medios es un instrumento, pero que está enmarcado en una discusión política mucho más amplia que tiene que resolverse por la pluralidad.

N.F: En cuanto a la relación con los medios de comunicación de la ciudad. ¿Cómo han alojado a la Facultad Libre?

A.P: Hay una buena relación. Los grandes medios han cubierto pensando en lo novedoso del proyecto y no tanto dirigiéndose hacia un análisis sobre los contenidos e ideas de fondo, justamente abordando la cuestión con una lógica parecida a la del mercado (un producto que surge), pero es cierto también que no han dejado de cubrirlo de todos modos. Por suerte estamos teniendo muchos diálogos como con ustedes, con un montón de gente que está pensando y cuestionando la palabra desde un espacio propio, con una construcción que viene desde abajo y que no tiene que ver con un financiamiento empresarial, que viene tratando de repartir las voces de lo que está pasando en la cultura, en la educación. Hace unos días tuvimos una entrevista con una radio que no es de las grandes, pero que sin embargo hacen circular la idea, generando una inquietud en las personas que para nosotros es doblemente digna de ser escuchada, pues después asisten a la Facultad de otra manera, porque el diálogo que te permite una entrevista como esta no tiene que ver con las cuestiones de interés puntual de una gran empresa, sino comentar sobre la filosofía del proyecto, sobre la conformación de los pibes que forman parte de él, ese tipo de cosas.

N.F: Bueno, parece que es un tipo de lógica de los medios que no hay espacio para la reflexión y que todo se mide instantáneamente, y se adapta a una noticia como mercancía. Me gustaría saber como esta proyectada la Facu Libre en un futuro y sus próximos objetivos.

A.P: En principio, uno de los núcleos centrales que hemos discutido mucho y queremos afianzarlo tiene que ver con el espacio físico del proyecto, porque en nuestra relación primaria con la Municipalidad de Rosario hemos podido itinerar en distintos espacios vinculados a las necesidades técnicas del seminario, materia o actividad que se desarrolle. Si era un lugar que necesitaba una cantidad considerable de butacas se llevaba a cabo en el Bernardino Rivadavia, si hacía falta algo más libre espacialemente se hacía en el C.E.C. , en fín, eso se ha modificado ya que el grueso de las actividades están funcionando en el auditorio de la librería Homo Sapiens (en calle Sarmiento 825). La aparición de un lugar físico de la Facu Libre seguramente a las personas le generaría un impacto mucho más inmediato a la hora de identificarla. Ese es uno de los objetivos a corto y largo plazo; después tiene que ver con “pinchar” modestamente , de manera incisiva, los paradigmas de la educación y la cultura, con la presentación de ideas que trabajamos desde lo grupal con una intención libertaria.

N.F: Adriano, para ir concluyendo, queremos que invites a la gente para que conozca la propuesta y que consulte las distintas áreas de la Facultad Libre.

A.P: La inscripción será hasta el 17 de abril, día en que va a empezar el primer seminario sobre las grandes vanguardias estéticas del siglo XX, llevando adelante el debate entre filosofía del arte, la política de la época, la relación entre vanguardia y arte, las experiencias de entreguerras, por un disertante que se llama Esteban Ierardo, que es un amigo de la casa y es alguien que ha trabajado muy bien las temáticas que va a abordar acá en Rosario. Estamos en el período de inscripción, entren a nuestra página ( http://facultadlibre.org/ ) así cada uno puede optar entre más de 24 seminarios entre abril y noviembre; siempre las actividades se desarrollan martes, miércoles y jueves de 19 a 22, un horario accesible para laburantes, estudiantes, amas de casa, jubilados, gente inquieta. La idea es que se acerquen porque está abierto para todos, nadie tiene que acreditar un saber previo o un diploma, solamente tienen que venir con ganas de discutir un poco, de ser interpelado por alguien que va a trabajar una idea que por lo general no se encuentra en otro lado. Visiten la página, y nos pueden escribir a alumnos@facultadlibre.org , consultándonos lo que tengan ganas que nosotros les contestamos, enviamos información, y desde ya, pueden asistir a una, algunas o a todas las actividades de la Facultad, cada uno va labrando libremente su camino.
Por último decirte que lo mío es en representación de un colectivo de amigos que trabaja en la FL, a puro pulmón y por el arte de cuestionar nuestra época desde el lugar en que nos toque: en este momento se está sumando mucha gente a participar de distintas instancias de construcción de este espacio que no tiene, por suerte, sus límites definidos, sino que va viajando y trabajando para ir ampliando la experiencia desde un lugar más sensible y disruptivo. Algunos de ellos son Pato, Pele, Laurita, Pao, Nico, Bevi, Sofi, Nacho, Chili, Vicky, Paloma, Claudia, Cris, Joaco, Anto, Meli´s, Colo, Romi, Lu, Vir, Juan, entre varios más. Todos nosotros los invitamos, les agradecemos a ustedes por la entevista y estamos en diálogo porque en ambos espacios, en última instancia, tenemos intenciones de molestar un poco.

*Foto utilizada del Facebook de la Facultad Libre

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